El universo de la fotografía de bodas es tan amplio como la imaginación de los novios quiera. La originalidad, la innovación y el romper con las reglas dan como resultado un book fotográfico muy completo, en el que la pareja deja ver su verdadera personalidad y se muestra ante el objetivo con mucha más naturalidad y soltura que en el día del evento. En este contexto, la fotografía postboda se perfila como una opción interesante con la que se deja constancia no sólo de la ceremonia, sino también de los primeros momentos de los recién casados.
Esta sesión se suele llevar a cabo dos o tres días después del compromiso, aunque también hay quien prefiere hacerla una vez han regresado de la luna de miel. Generalmente se elige un exterior en el que los fotografiados interactúan entre ellos y con los elementos del entorno. Los más arriesgados se atreven a romper el traje de bodas, mientras que otros sólo se bañan en el mar o una piscina con el vestido puesto o, simplemente, se limitan a jugar con él.
"Sesión dos o tres días después del compromiso"
Otra opción para la fotografía postboda es elegir un lugar significativo para la pareja o incluso invitar a amigos y familiares a que aparezcan en el reportaje.
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